¿Verduras marchitas y frutas pasadas? ¡No las tires!
¿Te has encontrado con lechuga marchita, betarragas blandas o alguna fruta pasada? ¡No las tires a la basura! En lugar de eso, sigue estos consejos para revivir tus productos frescos y darles una segunda oportunidad.
¡Es una forma de reducir el desperdicio de alimentos y aprovechar al máximo tu dinero!
Para empezar: recorta e hidrata. Si tus frutas y verduras están un poco blandas o marchitas, un poco de agua puede ser de gran ayuda para revivirlas.
Aquí te mostramos qué hacer con una variedad de frutas y verduras frescas:
Verduras de raíz:
¿Tienes betarragas (remolachas), zanahorias, papas, rábanos u otras verduras de raíz blandas? ¡Rehidrátalas! Simplemente remójalas en agua fría durante la noche y a la mañana siguiente deberían estar firmes.
Lechuga:
Revive la lechuga marchita dándole un baño de hielo: Sumérgela en un bol con agua con hielo. Déjala en remojo durante al menos una hora antes de disfrutarla en tu ensalada favorita.
Apio, brócoli y espárragos:
Dales una nueva vida al apio y los espárragos flácidos en un vaso de agua. Corta la base del apio, brócoli o espárragos y luego colócalo en un vaso de agua durante al menos 30 minutos (es posible que si la verdura en cuestión es muy grande, necesite más tiempo).
El agua lo rehidratará, haciéndolo crujiente nuevamente.
Pimientos morrones:
¿No están lo suficientemente crujientes? Corta tus pimientos y dales un baño de hielo (agua fría con hielo en un bol).
Es posible que no vuelvan a su estado deliciosamente crujiente, si es así, te recomendamos cocinarlos o hacerlos puré para una salsa, que puedes usar con pasta o arroz.
Frutos rojos:
Convierte los frutos rojos que estén demasiado blandos en una deliciosa cobertura para postres. En lugar de un baño de hielo, remójalas en agua con azúcar. Después de unas horas, estarán almibarados y será una mezcla más espesa, perfectas para acompañar pasteles, helados o yogurt.
Nota: Si tus frutas o verduras tienen moho visible o no pasan la prueba del olfato (o del sabor), entonces es posible que estén oficialmente en mal estado. Deséchalas al compost.
¿Si un buen remojo hidratante no devuelve tus productos a la perfección crujiente y fresca? Prueba esto:
- Licúa hierbas frescas con ralladura de limón y aceite de oliva para obtener un aceite aromático para cocinar.
- Haz puré las hierbas y congélalas con aceite de oliva para usarlas como base para salsas o sofritos.
- Prepara encurtidos rápidos de verduras como pimientos, pepinos y tomates blandos.
- Haz jugo de tus frutas o licúalas en un batido refrescante.
- Guarda las verduras (excepto las crucíferas como el brócoli y la coliflor) para preparar un caldo casero.
- Asa las verduras de raíz (papas, zanahorias, betarragas).
Recuerda:
¡No tires tus frutas y verduras marchitas o pasadas! Con un poco de creatividad y estos consejos, puedes darles una segunda vida y disfrutar de deliciosos platos. ¡Además, estarás contribuyendo a reducir el desperdicio de alimentos!
